5/01/2010

Bandanas, aretes largos y maquillaje

(Mami y abuelita Tela)



En mi casa nunca hemos tenido carro... y por ende estamos más que acostumbrados a viajar en bus. Es cierto que a veces se puede volver un toque tedioso, especialmente cuando dependés de un horario que la gran mayoría del tiempo no cumplen, que se llene como lata de sardinas o cuando llueve, y hay que aguantarse la lluvia en un bus que fijo usó Jesús en se recorrido por el medio oriente....

Pero en todo caso viajar en servicio público tiene sus ventajas.... en las presas de la hora pico podés dormirte, y a diferencia del conductor psicópata, que toca la bocina como si eso hiciera que el tránsito avance, vos, podés ir muy relajado leyendo, comiendo chile o simplemente viendo a la gente por la ventana.

Cuando una persona curiosa viaja en bus toda una vida, pues termina por aprender a observar mucho a la gente.... cuando es una ruta definida, al cabo de un rato hay ciertos individuos que por A o B razón terminan por llamar la atención... La forma de vestir, de andar, el corte de pelo, el olor o lo que sea....
Al rato de viajar en una misma ruta con una misma rutina, la gente en los buses se llega a conocer, se saludan tímidamente, por que de algún modo comparten algo en ese "no lugar".

Por mi casa vive una muchacha de unos 30 y pocos años, muy bonita: de facciones muy finas, pequeña, con excelente gusto para vestir, creo que trabaja en el Ministerio de Cultura por que la he visto varias veces en la tele... y con la peculiaridad de que lleva su cabeza rapada. No es por nada en especial, solo le gusta ese look, y la verdad, se le ve muy bien...
Siempre que mami y yo la veíamos subirse al bus en las mañanas, unas paradas después de la nuestra, ma me decía que si ella tuviera 20 años menos, se raparía el pelo igual que aquella muchacha. que le parecía super cómodo y que le encantaba como se veía.
Muchas veces le dije que si le gustaba, que lo hiciera, igual ella desde que tengo memoria había usado el pelo corto, así que en realidad no haría mayor diferencia.

¡Imagínese usted!
Es económico: nada de cremas para el cabello, shampoo, secadora, gel...
Es cómodo: la verdad es que el cabello pesa y en los días de verano da ganas como de arrancárselo (que lo diga yo que lo ando casi a media espalda)
Disimula la edad: sin pelo no hay canas, por ende hay unos 15 años menos ;)

-o-

El cabello, corto o largo, siempre ha sido un símbolo de feminidad a lo largo del tiempo, y para una mujer perderlo significa en muchos casos perder algo de su identidad. Es algo muy personal al cual queremos siempre darle un propio estilo, sea que lo tiñen, o se hacen colochos o lo alisan... con tal o cual corte. El cabello define y dice mucho de la mujer.

No en vano, una pregunta típica en los consultorios de los oncólogos es "Doctor, ¿y se me va a caer el pelo?" y efectivamente con la quimioterapia siempre se va a caer.

Eso sí. No a todas las personas que pasan por ese proceso se les cae el pelo por igual o al mismo tiempo. Mientras a unas se les cae en la primera quimio, a otras hasta mitades de la segunda... Alguna gente prefiere raparse el pelo de un solo, antes de verse enfrentado ante la caída inminente. Otros solo dejan que el proceso cumpla su camino.
Cuando ma cayó en cuenta de que se iba a quedar calva, pues la verdad, le pegó demasiado. Cuando te ves en el espejo en ese estado, te das cuenta de que de verdad tenés cáncer.
Para animarla, muchas veces le dije que bueno, viéndolo por el lado positivo, por fin iba a estar "coca" como la muchacha del bus... y que además yo tenía mil y un bandanas y pañuelos que podía usar. Además, con unos buenos aretotes el look "gitano post - moderno" se le vería muy bien.

En este caso, mami había decidido ser del segundo grupo... La primera quimio, el cabello se tornó un poco ralo pero, en su mayoría aguantó al taxol y al cisplatino, pero ya para la segunda se le caía a mechones... el mayor problema en realidad era que mucho de ese cabello cuando se caía, quedaba en su ropa o la almohada y muchas veces intentó caer en la comida.... cosa que se volvió desesperante.

Así pues, un buen día, creo q fue un sábado de enero, llegó mi tía Mary con la maquina de mi primito Gabriel.

-Raparle el pelo-

Me acuerdo que mami agarró un banquito y lo puso en la sala, ya que es el lugar más iluminado de la casa... se puso un paño sobre los hombros y dijo: "Ok, estoy lista". Yo conecté la maquina y la acerqué a la cabeza de ella. Tuve que alejarla. Mis manos temblaban un poco por lo que tuve que respirar hondo y apretar el estómago. Nunca me imaginé en ese situación y la verdad es que vivirla es realmente intenso.
Con una fuerte inhalación, llevé la maquina, ahora sí, esta vez de verdad a la cabeza de ma. Conforme la pasaba, los mechones iban cayendo al piso. Yo estaba descalza, sentía como el cabello acariciaba mis piernas y mis pies mientras caía al suelo. Ella siempre usó el pelo corto, pero aún así era demasiado...

No podía dejar de verse al espejo... por primera vez en todo el proceso, la estética del cáncer salió a relucir, por primera vez se puso una bandana.

-o-

En algún momento existió la posibilidad de una peluca. Pero la verdad eso nunca fue para ella.
Al final se torna un poco incómoda, da algo de picazón y es caliente. Además como siempre usó el pelo corto, una peluca se le vería aún más rara. En todo caso, mi tía y yo averiguamos cuanto cuesta una de buena calidad... ¡90 lucas por una de cabello corto! ¡casi nos da un paro! Eso es casi 200 dólares... Así pues, las bandanas de colores resultaron ser LA opción.

Ma prefiere andar con pañuelos o bandanas y con estos días donde el calentamiento global ha azotado estas tierras tropicales, le verdad es que andar "coca" es increíblemente cómodo. Sinceramente ahora lo disfruta bastante y un par de veces ha salido a la calle sin nada que le cubra su cabeza. Lo mejor es que luce muy orgullosa y tranquila. Es sólo cuestión de aceptarlo (y disfrutarlo).

La estética del cáncer, siempre es un rollo complicado. Especialmente para las mujeres. Poco a poco, se cae todo el vello del cuerpo. En este momento mami ya no tiene cejas, así pues, le toca delinearlas todos los días.
En la calle, hay gente que mira con morbo, otra con lástima, algunos pocos que la miran con admiración y con respeto y algunos ni cuenta se dan. Una o mil miradas da igual, que más da.



Lo importante no es cómo la miran en la calle
lo importante es que para mami y su estética
lo normal es salir a la calle.