7/04/2010

En palabras de mi madre...

(Mami y yo en mi graduación de la U)


Dale play:

A continuación les copio un escrito de mi madre, el cual ella quiere grabar en video... El propósito es el siguiente: El Doctor Miranda, médico que la está tratando (el cual además se volvió un amigo cercano) le pidió, dada la extraordinaria reacción de mami, que escribiera y grabara sus experiencias personales para llevar ese material a Guatemala en Agosto.
Ese mes él asistirá a un seminario para médicos que lidian con pacientes de cáncer.
Esto fue lo que mami escribió:




Hola, mi nombre es Ligia Ruiz y a finales del 2009 me diagnosticaron un adenocarcinoma pulmonar metastásico y hoy quiero compartir con ustedes, que tienen a cargo la atención de pacientes con cáncer, algunas reflexiones sobre el tema, vistas desde la perspectiva de una paciente que tiene muchísimas ganas de vivir y dispuesta a luchar con todos los medios posibles, para ganarle la batalla al cáncer.

Cuando el médico me dio esa noticia tan devastadora, sentí que el mundo me caía encima y es en ese preciso momento que una espera, que le ofrezca todas las opciones médicas posibles para enfrentar la enfermedad; ya sea operación quirúrgica, quimioterapia, radioterapia y cualquier otra existente. Esto debería ser la norma, pero no siempre es así.

Sin embargo, quiero agregar algo tan importante como lo anterior, es que el médico y todo el personal involucrado en la atención de pacientes con cáncer, no deberían olvidar, que ese ser humano que tienen al frente, no solo tiene un cuerpo físico enfermo, sino que posee un cuerpo mental, emocional y espiritual, que son los que determinan en última instancia, cuál ruta va seguir su sanación.

También, quiero decirles, que con toda responsabilidad, conmigo misma y mi familia he llevado al pie de la letra el tratamiento de quimioterapia que el medico indicó era el apropiado en mi caso, al cual he respondido en forma extraordinaria, según sus propias palabras.

Estoy completamente segura, que esa respuesta tan positiva, no hubiera sido posible, si yo por mi propia cuenta, no hubiera buscado algunas otras alternativas de sanación, tales como cambios sustanciales en mi dieta, en mi estilo de vida, terapias de meditación y relajación y sobre todo apoyo espiritual.

Hoy no se cuál ni cómo será el desenlace de esta historia, pero si les puedo decir que nunca en mi vida me he sentido tan viva, siento una gran fuerza interior, que me obliga a seguir luchando, a sonreir, a pesar de los pronósticos, he cambiado mis miedos por esperanzas, mis dudas por fe y he aprendido a vivir un día a la vez.

Por eso les digo, desde lo más profundo de mi corazón, que además de ofrecerle a sus pacientes la medicina tradicional, ayudenle a buscar también otras alternativas de sanación.

Muchas gracias, que Dios los bendiga.